martes, julio 27, 2010

¿SABES VALORAR LO QUE TIENES?


Haga la prueba y deje de respirar por un minuto. Al intentarlo habrá recordado que no podemos vivir sin respirar. Y es que la respiración es indispensable para nuestra vida, pero rara vez tomamos conciencia de su importancia hasta que la perdemos.

Lo mismo ocurre en nuestra vida, estamos tan acostumbrados a tener un techo para dormir, una frazada para abrigarnos, una pareja que nos llena de cariños y detalles, amigos que acompañan nuestras charlas y salidas, estamos tan acostumbrados a tener un pan que llevarnos a la boca, una familia con quien almorzar o a quien saludar al llegar y salir de casa. Tan acostumbrados a tener nuestras dos piernas y/o nuestros dos brazos. Estamos tan acostumbrados a tener tantas cosas que no las valoramos lo suficiente.

Y si piensa que no es así, pregúntese usted misma(o) ¿Cuántas veces se ha sentido deprimida(o) porque algo no le resulto como esperaba o ha sentido que usted no vale para nada?

Y es que todos alguna vez nos hemos sentido así, algunos superan rápidamente ese estado de cierta depresión, de cierta frustración por algún problema laboral, familiar, sentimental, personal, pero hay muchos que prolongan ese estado de ánimo por semanas y/o meses.

Y la solución para sentirnos mejor y encontrar fuerzas para seguir esta tan cerca muchas veces pero "estamos tan acostumbrados" a tener ciertas cosas que no nos damos cuenta de que "Hay muchos que no tienen lo que nosotros si tenemos".

Muchos no tienen un techo donde dormir, muchos tienen que alquilar un lugar para poder vivir, muchos no tienen una pareja que se alegre por nuestros logros que nos de la mano cuando la necesitemos, muchos no están cerca de sus amigos, almuerzan solos, cenan solos, muchos no tienen sus dos piernas o sus dos brazos, a papa y mama con ellos.

Si empezáramos a valorar más lo que tenemos, nos daremos cuenta de que no vale la pena complicarnos la vida si las cosas no salieron bien durante el día, si bien quisiéramos que las cosas vayan bien, ¿Qué ganamos encerrándonos en nuestra habitación a renegar por lo que ya paso? Y lo que es peor a veces ese estado de ánimo hace que nos cerremos a hacer otras actividades o compartir con otras personas ¿y quién sabe? Así sentirnos mucho mejor.

Carlos llego mal humorado del trabajo, todo había salido mal ese día, en el camino de regreso a casa pensaba en que había tenido la culpa él y en que había tenido la culpas los demás miembros de su equipo, una vez que llego a casa, cerró la puerta y dejo los problemas afuera, comenzó a jugar con su hermano pequeño y le preparo un delicioso lonche a su hermana, sentándose a charlar con ella. Por la noche decidió visitar a una amiga, no la encontró, igual decidió regresar a su casa, tomar una ducha, echarse a su cómoda cama, leer un buen libro y ver una película, hasta quedarse dormido. Carlos no sabe si mañana el problema en su trabajo se solucionara, pero si sabe que al menos si en ese día en la mañana no le fue bien, tuvo una tranquila tarde y una buena noche.

Carlos simplemente utilizo la llamada "Inteligencia Emocional", control de los estados de ánimo. A veces es difícil, lo es pero es posible y una vez que uno se decide controlar sus emociones con el tiempo es más fácil poder hacerlo, al punto que uno mismo se sorprende de la "Fortaleza" que tiene en determinadas situaciones.

Lo mismo ocurre Empresa o negocio, cuando no valoramos a nuestros colegas, a nuestra organización, hasta que los perdemos.

Una persona le pidió al rabino de su comunidad que lo ayudara, porque ya no soportaba la estrechez de la habitación que ocupaba el, su mujer y sus tres hijos. El rabino prometió ayudarlo, pero primero le pregunto: "¿Cuántos animales tienes?". El hombre respondió: "Una vaca, una cabra y seis gallinas". El rabino le pidió que, durante una semana, hiciera a los animales entrar en el cuarto. A la semana regreso la persona, desesperada, contándole que su casa era un caos, que no había espacio, que los animales ensuciaban todo.

El rabino le dijo que sacara a los animales y que volviera al día siguiente. Así lo hizo, y el rabino le pregunto entonces como estaba su casa. El hombre respondió: "¡Me encanta!" es limpia, maravillosa y muy espaciosa".

Esta historia recalca la importancia de valorar lo que tenemos, ya que con frecuencia no lo hacemos. Cuando trabajamos en una empresa en ocasiones nos sentimos frustrados o cuando estudiamos alguna carrera y por ahí tenemos que hacer un alto por circunstancias ajenas, ya sean económicas o personales, no valoramos lo que tenemos, salud, un techo, el mismo puesto que ocupamos o lo que hasta ese momento hemos logrado.

Tampoco se pretende que nos conformemos con lo que ya conseguimos pero si antes de caer en una absurda depresión, regocijarnos un momento en las cosas buenas que tenemos alrededor, renovar las fuerzas de la forma más sencilla. Muchas veces nos quejamos del trabajo, del estrés, del estilo del jefe, de las políticas, de la institución, y soñamos con encontrar un puesto mejor en remuneración y prestigio. Lo mismo ocurre cuando tenemos un subordinado que nos convence y quisiéramos encontrar una persona más eficiente y capaz. O cuando tenemos una pareja o salimos con alguien y vemos solo sus defectos: nos concentramos en lo negativo y soñamos con encontrar a la persona, o el subordinado, o el jefe o el trabajo ideal.

Una de las principales causas por las que no valoramos lo que tenemos es nuestra falta de auto estima. Cuando una persona no se siente competente o valorada, busca permanentemente lo negativo en los demás y en su entorno. Anda por la vida con "lentes para eclipse", lentes opacos que hacen que vea su realidad totalmente oscura. Al "oscurecer" a las personas y el entorno, se "realza" a sí mismo y se siente temporalmente superior.

Si nuestra autoestima es baja, sentimos que nada es suficiente para nosotros, que no merecemos mucho más; cuando, en el fondo, lo que hacemos es ocultar nuestra propia inseguridad. No está mal querer crecer profesionalmente. El problema surge cuando solo vemos la parte negativa de la realidad y sobre esa base decidimos nuestro futuro.

Lo mismo ocurre cuando permanentemente encontramos defectos y rasgos deficientes en nuestros subordinados. Necesitamos sentir que somos mejores que ellos, para así ocultar que nos sentimos poco competentes. Todas las personas tenemos defectos, pero también virtudes. Cuando vemos la realidad con nuestros "lentes de eclipse", únicamente vemos lo negativo y perdemos información valiosa para la toma de decisiones.

Hace algunos años un persona tuvo un gerente de marketing a su cargo. Esta persona estaba tan cansado de su desorden e incumplimiento de plazos que lo único que hacía era enfatizárselo. Este gerente, desmotivado, termino renunciado a la organización. Solo cuando se marcho la persona se dio cuenta de sus virtudes y del valor que tenia para la institución. Y es que esta persona estaba "apegado" a la imagen de una gente de marketing perfecto, que – obviamente – no existe.

Cuentas que una pareja le puso increíble de nombre a su hijo, pues tenían la certeza de que haría cosas increíbles en la vida. Sin embargo, Increíble tuvo una vida tranquila, se caso y vivió fiel a su esposa durante setenta años. Sus amigos lo fastidiaban por qué no vida no concordaba con su nombre.

Antes de morir, Increíble le pidió a su esposa que no colocara su nombre en su lápida, ya que no quería escuchar las burlas de sus amigos desde el cielo. Cuando murió, su mujer, obedeciendo el pedido de su esposo, únicamente puso en su lapida: "Aquí yace un hombre que le fue fiel a su mujer durante sesenta años". Paradójicamente, cuando la gente pasaba por el cementerio y leía la lapida, exclamaba: "Increíble".

Frecuentemente no vemos lo increíble. Aun cuando está enfrente nuestro. Aprendamos a verlo en las organizaciones y personas con las que trabajamos a diario, y no esperemos hasta perder lo que tenemos para solo entonces descubrir su verdadero valor.

Recuerdo a una amiga la cual me contaba que sentía cierta frustración, porque le faltaba un poco de dinero, porque no podía cubrir todos los gastos que quería cubrir. Ella comenzó a valorar lo que tenia y llegando a su casa todos dormían, prendió la luz y se dio cuenta de que hace un años tras era una chica con aspiraciones, ahora era una chica trabajadora, con un buen trabajo, recordó que su casa hacia un año atrás lucia de otra manera, pero ella con el dinero de su trabajo compro nuevos muebles, nuevos adornos, había construido un piso mas y recordó que hacía un año también se sintió igual pero no se dejo derrotar por el pesimismo.

De eso se trata simplemente.

En esta época de "Perfección" que vivimos en donde no se permite muchas veces que cometamos errores porque medio mundo se nos echa encima, es importante que también revisemos nuestras virtudes y los logros obtenidos en los últimos 06 meses, doce meses. Y trazarnos metas a corto, mediano y largo plazo. ¿Cómo queremos vernos de acá a tantos años?

Alguno puede decir, que se ve trabajando en una buena empresa, entonces la pregunta es ¿Me estoy esforzando lo necesario en los estudios para lograrlo? ¿Estoy aprovechando los tiempos libres para llevar cursos adicionales?

Otro puede proyectarse, en tanto años, me veo viajando por todo el país.¿Estamos ahorrando dinero para así darnos ese gusto?

Otro puede proyectarse, en tanto años, me veo como empresario independiente.

¿Estamos especializándonos en los tiempos libres o simplemente estamos viviendo por vivir, trabajando para comer, estudiando para aprobar y pensamos preocuparnos por lo demás cuando "llegue el momento"?

Otro puede proyectarse, en tantos meses me veo como profesional en tal especialidad

¿Pero en realidad es esa nuestra vocación?

Tal vez por ahí una chica o una chico le gustaría en tantos años tener una buena y bonita pareja que la o lo valore y una pregunta importante seria

¿Los lugares, ambientes o círculos que frecuento son los idóneos para encontrar y sobre todo conocer a fondo a una persona?

Si somos sinceros con nosotros mismos podremos proponernos metas cortas y posibles y no engañarnos con metas que al fin de cuenta solo nos dejara frustraciones.

Y cuando estemos depres porque algo no nos salió del todo bien, miremos hacia atrás, nos daremos cuenta de cuánto hemos avanzado. Pero lo importante es hacer esta revisión siendo sinceros con nosotros mismos(as), seria absurdos engañarnos a nosotros mismos y creernos nuestras propias mentiras.

Y finalmente no se si les ha pasado pero muchos han sentido que las últimas fiestas navideñas o de año nuevo no eran "iguales" a anteriores, se sentían mas apagados, como que ya es tan repetitivo, la cena, los regalos, etc., que aburría. Conozco mucha gente que se ha sentido así. Y nuevamente si simplemente valoramos lo que tenemos, nadie sabe si en la siguiente navidad o la próxima estaremos reunidos todos los que conforman la familia o podremos visitar o simplemente llamar y saludar a aquellas amigas y amigos en esas fechas. Cuantas veces cuando ya se pierde a una persona o simplemente viaja fuera del país, es cuando recién pensamos ¿Le hubiese regalado tal detalle?.... ¿La hubiese invitado a salir?.... ¿Hubiese reunido a la gente sin una razón específica para ir a una fiesta, o concierto?... o esta noche no saldré a la calle y me quedare a compartir un lonche nocturno con aquel miembro de la familia que cuando todos salen se queda solita(o) preocupada(o) por si llegaremos sanos y salvos.

Extraído de Notas Diversas de Lupe Maestre
www.psicologosperu.com

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